lunes, 21 de noviembre de 2011

Este colegio es una ruina


ROCÍO ROMERO | BADAJOZ.
  • El centro Nuestra Señora de Bótoa lleva más de 20 años luchando por un edificio nuevo
Los 400 alumnos que acuden cada día al colegio Nuestra Señora de Bótoa, en el corazón de Pardaleras, juegan junto a una fuente oxidada de la que aún sale agua. Se encuentra en el patio del edificio de la calle Stadium, un lugar sin pistas deportivas con unas vallas colocadas en un rincón para evitar que los niños accedan a un lugar peligroso. Si llueve, los alumnos de este centro tienen que pasar el recreo sentados en los pasillos. No hay gimnasio ni soportales. En días desapacibles no se pueden impartir las clases de educación física porque no existe pabellón. Pero en días de sol, las clases son también limitadas, el patio linda con la muralla de la ciudad y no hay espacio para pistas deportivas.

En uno de los rincones del patio cuelga el cable del pararrayos desde hace más de un año. Los aseos a los que pueden entrar son escasos, uno de los retretes usa una cuerda azul como cisterna y carece de puerta. Hay persianas descolgadas y antiguos fluorescentes conectados a una red de 125 voltios. Cada vez que se estropea uno tienen que esperar dos meses hasta que llegue el repuesto.
Este colegio está dividido en dos edificios, este de la calle Stadium (segundo y tercer ciclo de Primaria) y el otro en la calle Cordero (Infantil y primer ciclo de Primaria). Los padres y profesores critican el estado de las dos edificaciones y los problemas derivados de que se encuentren en calles distintas. Hay hermanos que entran a la misma hora en lugares diferentes y tienen que mover al alumnado al comedor.

La puerta principal del edificio de la calle Cordero, para los niños más pequeños, está oxidada. Las escaleras tienen altos peldaños, el arenero carece de suficiente arena y las ventanas de hierro que se encuentran en las aulas no se pueden abrir porque quedan a la altura de las cabezas de los alumnos. Los lavabos son altos para los pequeños, las tazas de los retretes demasiado grandes y las puertas de algunos aseos son abatibles, de forma que pueden encerrar a quien esté en el baño anejo.
En los dos edificios se producen goteras si llueve y hay humedades.

Las administraciones conocen estos defectos desde hace años. Su comunidad educativa lucha por que unifiquen los centros en un edificio nuevo desde hace 21 años. La anterior directora del centro, María Iluminada Criado, se ha jubilado sin que las reivindicaciones que comenzó en 1990 hayan tenido respuesta.
En uno de los rincones del patio cuelga el cable del pararrayos desde hace más de un año. Los aseos a los que pueden entrar son escasos, uno de los retretes usa una cuerda azul como cisterna y carece de puerta. Hay persianas descolgadas y antiguos fluorescentes conectados a una red de 125 voltios. Cada vez que se estropea uno tienen que esperar dos meses hasta que llegue el repuesto.
Este colegio está dividido en dos edificios, este de la calle Stadium (segundo y tercer ciclo de Primaria) y el otro en la calle Cordero (Infantil y primer ciclo de Primaria). Los padres y profesores critican el estado de las dos edificaciones y los problemas derivados de que se encuentren en calles distintas. Hay hermanos que entran a la misma hora en lugares diferentes y tienen que mover al alumnado al comedor.
La puerta principal del edificio de la calle Cordero, para los niños más pequeños, está oxidada. Las escaleras tienen altos peldaños, el arenero carece de suficiente arena y las ventanas de hierro que se encuentran en las aulas no se pueden abrir porque quedan a la altura de las cabezas de los alumnos. Los lavabos son altos para los pequeños, las tazas de los retretes demasiado grandes y las puertas de algunos aseos son abatibles, de forma que pueden encerrar a quien esté en el baño anejo.
En los dos edificios se producen goteras si llueve y hay humedades.
Las administraciones conocen estos defectos desde hace años. Su comunidad educativa lucha por que unifiquen los centros en un edificio nuevo desde hace 21 años. La anterior directora del centro, María Iluminada Criado, se ha jubilado sin que las reivindicaciones que comenzó en 1990 hayan tenido respuesta.

La Consejería de Educación prometió iniciar la construcción en 2002 y después lo retrasó al 2004. El primer obstáculo que hubo que salvar fue la cesión por parte de la Diputación al Ayuntamiento del solar anejo al centro de la calle Cordero para construir ahí el nuevo edificio. Se acordó en 1998, pero no se formalizó hasta diez años más tarde. Cuando los terrenos estuvieron en poder del Consistorio para cederlos a su vez a la Junta, ésta puso pegas porque vecinos de viviendas anejas al solar habían abierto puertas a éste, lo que impedía la admisión de los terrenos ante el temor de que pudieran reclamar servidumbre de paso. Salvaron ese escollo dejando un pasillo en el lateral y la Administración regional los aceptó. Hace un año adjudicó la redacción del proyecto, el estudio básico de seguridad y salud y la dirección de obras.
Curso 2013-2014
El compromiso del Ejecutivo de Fernández Vara era que el nuevo colegio abriría sus puertas en el curso 2013-2014. Sin embargo, el cambio de Gobierno se produjo en mayo y fuentes de la Consejería dejan la construcción en el aire.
Las mismas apuntaron ayer que una vez que reciban la licencia de obras por parte del Consistorio decidirán «sobre su inclusión en la programación de ejecución de obras» del Gobierno regional.
En un comunicado, la Junta dice también que solicitaron el permiso de construcción a la delegación municipal de Urbanismo en junio y que después le solicitaron más documentación que fue remitida en agosto. Sin embargo, el propio edil de Urbanismo, Celestino Rodolfo, dijo este mismo mes que han solicitado más documentación sobre el estudio de detalle del proyecto y que una vez que este documento tenga luz verde tramitarán la licencia de obras de forma paralela.
La presidenta de la AMPA, Maribel Cáceres, lamenta que este proyecto está paralizado mientras que el colegio de Llera está en construcción y el de las Vaguadas ha abierto sus puertas este año.
Los padres y la comunidad educativa se quejan también de la escasa atención que se les presta desde las administraciones. Representantes de la asociación de padres se han dirigido a la consejera de Educación, Trinidad Nogales, y critican que no les atienda. Les ha remitido a la Secretaría General del Gobierno de Extremadura donde tampoco han encontrado respuesta.

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